¿Cómo generar la máxima tensión en una reunión familiar? Pinter, como creador, parece saberlo y puede ofrecérnoslo.
En este hipnótico juego de posturas provocadoras, huye, sin dudarlo, de las convenciones y de la lógica para sumergirse en donde lo aparentemente incomprensible e inaceptable se transformará en moneda de uso corriente y en cotidianeidad.
La infidelidad, el abuso, el proxenetismo -y todo aquello que no soportamos bajo una lente convencional- nos son ofrecidos sin contemplaciones ni miramientos especiales.
La escena, siempre irreverente y provocadora, retratará las contradicciones y las tensiones existentes entre los miembros de un clan, movilizados, todos, por la envidia y el desprecio mutuo.
Así, el maltrato emocional nos generará una desconcertante sensación de incomodidad a todos los que nos asomemos distraídamente en esta obra.
Y nunca estará demasiado claro que límite se habrá establecido en los huesos y en la piel en estos personajes que sobreviven con inmoralidad, con prepotencia quebradiza.
DANIEL VERONESE.